Después de tanto oír hablar de él… ¿Sabrías definir “coaching”?
A continuación encontrarás una definición de 35 palabras, y algunas más para comprenderlo mejor (en 5 minutos).
«Servicio a través del cual el coach acompaña a su cliente, el coachee, en un proceso de auto-descubrimiento y cambio, orientado a una mejora significativa y sostenible en sus resultados y en su bienestar.»
Con esta definición de 35 palabras acostumbro a explicar qué es Coaching. Aunque, si se me permiten algunas más, acostumbro a matizar casi cada una de estas palabras, pues la mayoría alberga una significación importante para la comprensión del Coaching. A continuación te comento 10 de ellas (mi favorita es la última):
#1 Acompaña:
El coach no guía, no asesora, no enseña… esto no significa que no aprendas en el proceso de coaching, o que éste no te sirva de guía, para encontrar tu camino, etc. El coaching te servirá para todo eso y mucho más, pero todo eso saldrá de ti, el/la verdadero/a protagonista del proceso de coaching eres tú. El coach simplemente acompaña, facilita ese proceso.
#2 Cliente, y no paciente:
El coaching es una disciplina orientada a la excelencia, es decir, para personas que, estando “bien”, dentro de lo “bien &$!#%…” que estamos a veces (ofuscados, inseguros, angustiados…), quieren superar algún reto, alcanzar algún objetivo, desarrollar una capacidad, mejorar una relación, etc. El coach no necesariamente es un psicólogo (rol muchísimo más amplio) y no es un terapeuta.
#3 Proceso:
El coach no es una especie de “mentalista” que en un breve encuentro vaya a cambiarte para siempre y resolver tus dificultades. El coaching se desarrolla a lo largo de un proceso que consta de una serie de sesiones, normalmente no menos de 4, de una duración en trono a una hora, espaciadas al menos semanalmente… La configuración de un proceso ofrece una gran variedad de posibilidades, pero siempre estaremos hablando de un proceso más o menos espaciado en el tiempo, seis semanas, dos meses, seis meses… dependerá del objetivo. El coaching normalmente produce una auténtica transformación y esto no se logra con un chasquido de dedos.
#4 Auto-descubrimiento:
El coaching es un continuo “mirarse al espejo”, tomar conciencia, darse cuenta, conocerse. Sea lo que sea lo que te propones, formas parte de ello; el cambio, la solución, comienzan por ti.
#5 Cambio:
Acostumbro a decir a mis clientes, en broma (pero en serio) que el cambio está garantizado, “a mejor o a peor, no lo sé, pero el cambio está garantizado”. Como veremos a continuación, normalmente es a mejor, pero el coaching es ante todo un catalizador del cambio, y es lo que podemos garantizar a priori.
#6 Orientado a una mejora:
Somos seres complejos y formamos parte de sistemas complejos (equipos, organizaciones, familias…). Por esto, inicialmente, solo garantizo el cambio. Aun no sé qué quieres, probablemente tú tampoco lo sabes; no sé que decidirás hacer, si lo harás, cómo lo harás, cómo afectará a tu entorno o qué resultado tendrá, ¿Cómo te puedo prometer el éxito? El proceso de coaching no necesariamente va a ser un “camino de rosas”, a menudo surgen dificultades o imprevistos, por lo tanto, no todo son avances. Sin embargo, la metodología del coaching precisamente sirve para alimentarse de todo esto y producir soluciones, activar recursos, y, de nuevo, avanzar. Por eso digo que el proceso está “orientado” a esa mejora, porque al final se producirá, aunque por el camino ha podido pasar de todo.
#7 Significativa:
Esa mejora debe ser significativa, en el coaching trabajamos con objetivos que impliquen un cierto “salto de fe”, se trata de llegar un poco más allá de donde ya sabes que puedes llegar. Debe haber un cierto componente de desafío.
#8 Sostenible:
En la fase final de un proceso de coaching, cuando ya se han evaluado resultados y son satisfactorios, hay una reflexión ineludible sobre la sostenibilidad de estos resultados. La autonomía del coachee es esencial, se trabaja a lo largo de todo el proceso y especialmente en este momento. Los resultados no deben depender del acompañamiento del coach (recuerda quién es el protagonista). En una ocasión me dijeron: “eso no es bueno para el negocio”; respondí que no es ningún problema, precisamente porque somos complejos y formamos parte de sistemas complejos, la vida ofrecerá, con toda seguridad, oportunidades de trabajar algún otro aspecto con el coaching. Espero volver a trabajar con mis clientes, pero trabajaremos con nuevos objetivos o desafíos.
#9 Resultados:
Es muy habitual definir el coaching como una disciplina orientada a la acción y a resultados. Desde el primer momento, al definir el objetivo, definimos los resultados que esperamos obtener, establecemos los indicadores que nos permitirán medir esos resultados, los medimos, rectificamos si es necesario, cuando los logramos trabajamos en su sostenibilidad… Sin duda, los resultados son fundamentales en el proceso de coaching, aunque, como veremos a continuación, no lo son todo.
#10 Bienestar:
Efectivamente los resultados son importantes pero no lo son todo. Los resultados son un medio y no un fin en sí mismos. ¿Un medio para qué? Pues, precisamente para alcanzar tu bienestar, tu satisfacción, realización… Lo explico con un ejemplo: Al inicio del proceso de coaching descubrirás dónde estás (¿cómo te va?), llamémosle A; y también dónde quieres estar (qué resultados quieres obtener), llamémosle B. Pues bien, al finalizar el proceso de coaching pueden darse tres escenarios satisfactorios distintos: 1) Estás en B, has alcanzado los resultados que te habías propuesto, ¡estupendo!; 2) Estas en C, una situación que ni siquiera habías considerado al inicio, porque la has descubierto a lo largo del proceso, y es lo que ahora quieres, ¡magnifico!; 3) Sigues en A, porque en el proceso has descubierto que ni aquello (B) era tan bueno, ni esto (A) era tan malo, y ahora es donde quieres estar, ¡excelente!
Moraleja: más importante que dónde estás es cómo estas; más importante que los resultados que obtienes es cómo te hacen sentir; en definitiva, lo que importa aquí es tu bienestar.
